El Comercio De La República - ¿Trump contra Ucrania, quién mueve el mundo?

Lima - 19.07. 2025 - 20:15:41

¿Trump contra Ucrania, quién mueve el mundo?




El expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado inesperadamente la suspensión total de la ayuda militar y financiera a Ucrania. Esta medida, que ha tomado por sorpresa tanto a la comunidad internacional como a los propios asesores políticos estadounidenses, promete provocar consecuencias inmediatas en el equilibrio geopolítico de la región y en las relaciones de Washington con sus aliados europeos.

Un cambio de rumbo drástico
Durante su anterior administración, Trump siguió enviando apoyo a Ucrania, aunque en medio de debates y polémicas sobre las condiciones y los motivos de dicha asistencia. Sin embargo, la repentina decisión de poner fin a todos los programas de ayuda al gobierno de Kíev representa un giro completo respecto a la postura oficial mantenida hasta ahora. Fuentes cercanas a la oficina del expresidente señalan que la justificación de la medida radica en la intención de “reducir gastos innecesarios en el exterior” y “garantizar ante todo la seguridad nacional de Estados Unidos”.

Reacciones internacionales
La decisión ha generado un enorme revuelo en las capitales europeas, donde líderes de la Unión Europea y la OTAN consideran que el apoyo occidental a Ucrania es esencial para contrarrestar la influencia rusa en la región. Varios gobiernos han expresado su inquietud acerca del posible debilitamiento de la capacidad de defensa ucraniana y el desequilibrio que esto podría generar en el este de Europa.

Mientras tanto, en Moscú, la noticia ha sido recibida con cautela, pero no sin cierto alivio. Analistas rusos han indicado que la retirada del respaldo estadounidense podría servir para reducir tensiones y abrir nuevos canales de negociación, aunque otros subrayan la posibilidad de que Rusia se vea tentada a reforzar su posición en la zona sin temor a una respuesta coordinada de Occidente.

Consecuencias para Ucrania
Para Ucrania, este repentino cambio supone un duro golpe, puesto que el apoyo económico y militar estadounidense se había convertido en un pilar fundamental de su estrategia de defensa y de modernización de sus Fuerzas Armadas. La ayuda abarcaba asistencia logística, armamento, entrenamiento de tropas y fondos para la mejora de la infraestructura militar. Además, el apoyo financiero era clave para sostener programas de desarrollo interno, esenciales para estabilizar la economía ucraniana tras años de conflicto y tensiones geopolíticas.

Diversos expertos en política internacional alertan de que la decisión de Trump puede aumentar la volatilidad en el este de Ucrania, zona marcada por la confrontación entre fuerzas gubernamentales y grupos separatistas respaldados, en mayor o menor grado, por intereses rusos. También subrayan la posibilidad de un debilitamiento de la posición negociadora de Kíev de cara a futuras conversaciones de paz.

Posición de los aliados y del Congreso
Aunque la administración Biden fue la encargada de continuar y reforzar la ayuda en su momento, el actual anuncio de Trump –comunicado en nombre de su influencia dentro del Partido Republicano y de sus planes políticos futuros– ha generado divisiones entre legisladores. Algunos miembros republicanos coinciden en la necesidad de reducir el gasto militar en el extranjero, mientras que otros, junto con demócratas, temen las consecuencias que podría acarrear este repliegue.

La pregunta que queda en el aire es si la nueva postura de Trump podría ganar tracción entre los conservadores y, eventualmente, influir en las decisiones de la Casa Blanca y el Congreso en un futuro cercano. Por el momento, ni el presidente en ejercicio ni las instituciones principales del gobierno estadounidense se han pronunciado de forma oficial sobre este anuncio.

Un escenario incierto
Con la suspensión de la ayuda, Estados Unidos podría perder parte de su influencia en la región, dejando vacíos que pueden ser aprovechados por otras potencias para ampliar su presencia. Además, el cambio plantea la interrogante de cómo responderán los países miembros de la OTAN, que podrían encontrarse ante la urgencia de incrementar sus propios esfuerzos para sostener a Ucrania y evitar un nuevo foco de inestabilidad en Europa oriental.

En el corto plazo, Ucrania enfrenta el desafío de reorientar su estrategia de seguridad y buscar nuevos socios que suplan el respaldo perdido. Esta búsqueda no será sencilla, dado que el apoyo estadounidense constituía una pieza clave en el rompecabezas político y económico internacional del país.

Conclusión
La decisión de Donald Trump de cortar toda la ayuda a Ucrania sacude el tablero geopolítico y plantea numerosos interrogantes sobre el futuro de las relaciones entre Occidente, Moscú y Kíev. Mientras algunos ven en este paso un intento de reducir el intervencionismo estadounidense y concentrar esfuerzos en asuntos internos, otros alertan de los riesgos que conlleva este nuevo vacío en la estabilidad regional. En cualquier caso, queda claro que “esto lo cambia todo” y que los próximos meses serán cruciales para determinar el rumbo que tomarán las potencias implicadas en la zona.



Destacados


Rusia y el terrorismo contra Ucrania

Rusia es un estado terrorista, algo que todo el mundo sabe desde el 24 de febrero de 2022. ¡Desde febrero de 2022, el estado terrorista ruso comete a diario crímenes de guerra, violaciones, asesinatos, saqueos, tomas de rehenes y otros crímenes bestiales!La invasión rusa de Ucrania, iniciada en febrero de 2022, continúa generando incertidumbre sobre su desenlace. Mientras algunos analistas apuntan a que Moscú ha alcanzado ciertos objetivos estratégicos, otros señalan que aún no puede hablarse de una victoria rotunda, dado el prolongado conflicto y la resistencia ucraniana, respaldada en gran medida por la ayuda militar y financiera de Occidente. En este contexto, surgen preguntas fundamentales: ¿ha ganado Rusia la guerra? ¿Qué escenarios se plantean para el futuro de Ucrania?Estancamiento y guerra de desgaste:Uno de los panoramas más mencionados por los expertos es el de un conflicto prolongado, caracterizado por escaramuzas en puntos clave y por un avance lento y costoso para ambas partes. La dinámica de esta «guerra de desgaste» implica que Ucrania mantenga un alto nivel de movilización, con el apoyo técnico y diplomático de Estados Unidos y la Unión Europea, mientras que Rusia trataría de afianzar su control sobre las zonas que ya ocupa, reforzando sus posiciones militares y logísticas.Posibles consecuencias: desgaste económico para ambas naciones, mayor dependencia de Ucrania de la asistencia occidental y riesgo de crisis humanitaria en las regiones más afectadas.Negociaciones y acuerdo de paz parcial:Otro posible desenlace reside en un eventual acuerdo de paz que no necesariamente implicaría una restauración total de las fronteras ucranianas previas a la invasión. Con la mediación de potencias internacionales, se ha especulado sobre la posibilidad de un alto el fuego y la fijación de nuevas líneas de demarcación.Posibles consecuencias: consolidación de facto del control ruso en territorios disputados, alivio temporal de la tensión, pero persistencia de un conflicto latente que podría reactivarse si no se abordan las causas de fondo.Escalada y riesgo de confrontación mayor:A pesar de que numerosos países han abogado por la vía diplomática, existe el temor de que el conflicto pueda escalar. Un escenario extremo contemplaría un aumento de la presión militar por parte de Rusia o la intervención más directa de otras potencias, lo que elevaría significativamente el peligro para la estabilidad europea e internacional.Posibles consecuencias: agravamiento de la crisis humanitaria, mayor número de desplazados y potencial expansión del conflicto a otros Estados de la región.Victoria ucraniana con apoyo internacional:No se descarta, por otra parte, un escenario favorable a Ucrania. La combinación de la resistencia local y la asistencia militar extranjera podría permitirle recuperar parte de los territorios ocupados o, al menos, defender con éxito las zonas aún bajo su control.Posibles consecuencias: reposicionamiento geopolítico de Ucrania como aliado firme de Occidente, fortalecimiento de sus fuerzas armadas y la posible redefinición del equilibrio de poder en Europa del Este.¿Ha ganado Rusia la guerra?Por ahora, no existe un consenso definitivo sobre si Rusia puede considerarse vencedora. Si bien ha obtenido algunas ganancias territoriales y ha forzado a Ucrania y a Europa a una respuesta militar y económica de gran calado, los costes —tanto para el Kremlin como para la población ucraniana— se han disparado. El conflicto ha puesto de relieve la determinación de Kiev y el compromiso de la OTAN y la UE en sostener la defensa ucraniana.En última instancia, el futuro de Ucrania dependerá de la capacidad de ambas partes para mantener o intensificar el esfuerzo militar, la voluntad política de negociar y el respaldo de la comunidad internacional. La guerra, lejos de haberse resuelto, sigue definiendo un nuevo orden geopolítico, cuyas repercusiones marcarán el curso de Europa y del mundo durante los próximos años.

EE. UU.: Trump y la crisis sanitaria

En un movimiento sorpresivo que ha generado intensos debates en el panorama político de Estados Unidos, el expresidente Donald J. Trump ha designado a un nuevo referente para encarar la compleja crisis de salud que atraviesa el país. Se trata del doctor Jonathan H. Miller, un reputado especialista en políticas sanitarias y exasesor de la Organización Mundial de la Salud.Según fuentes cercanas al círculo de Trump, Miller tendrá plenos poderes para rediseñar el sistema de atención médica a fin de reducir costes, agilizar procesos y ampliar la cobertura para millones de estadounidenses que aún carecen de seguro. Su nombramiento, sin embargo, no está exento de controversia. Mientras algunos sectores conservadores aplauden la decisión por considerar a Miller un experto en optimización de recursos y recortes presupuestarios, grupos progresistas y diversas organizaciones de derechos civiles temen que las futuras reformas puedan perjudicar a las poblaciones más vulnerables.“Miller se ha destacado por su enfoque pragmático y su afán de eficiencia, pero su historial en la implantación de programas de salud pública es limitado”, señala la analista política Michelle Ortiz. “Por un lado, Trump busca una solución rápida y contundente; por otro, no está claro hasta qué punto se priorizarán las necesidades de quienes históricamente han estado al margen del sistema”.Durante su breve comparecencia ante los medios, Miller se comprometió a “revisar de inmediato” las leyes que rigen el acceso a la salud y a proponer un plan de acción que contemple la modernización de los hospitales y clínicas rurales, así como la incorporación de tecnología punta en la gestión de historias clínicas. No obstante, evitó entrar en detalles sobre la posible derogación de normativas vigentes, incluido el polémico Affordable Care Act, emblema de la administración Obama.La comunidad médica observa con cautela el rumbo que podría tomar el sistema sanitario bajo esta nueva iniciativa. Mientras algunos doctores y especialistas en salud pública reconocen la necesidad de cambios profundos para hacer frente al envejecimiento de la población, el encarecimiento de los medicamentos y la disparidad en el acceso a seguros, otros temen que una visión excesivamente economicista arriesgue el principio de universalidad.Por el momento, el futuro de la reforma sanitaria estadounidense permanece incierto. Lo que sí parece seguro es que la apuesta de Trump por el doctor Miller como adalid del cambio marcará un nuevo capítulo en la incesante pugna entre quienes defienden un mayor rol del Estado en la protección de la salud y quienes abogan por iniciativas privadas y la desregulación del sector. Queda por ver si este nuevo liderazgo será capaz de generar consensos duraderos o si se sumará a la larga lista de intentos fallidos por reparar un sistema que, a juicio de muchos, lleva décadas en crisis.

¿Salvación o ruina para EEUU?

El Congreso de los Estados Unidos ha aprobado recientemente una ley controvertida conocida como la "Ley de Balance Presupuestario" (BBB, por sus siglas en inglés), que ha generado un intenso debate sobre su impacto en las finanzas del país. La ley, que fue sancionada por el presidente, incluye una serie de medidas que, según los críticos, podrían tener consecuencias devastadoras para la economía estadounidense a largo plazo.La BBB fue aprobada tras un proceso legislativo arduo, con una votación ajustada en ambas cámaras del Congreso. Los partidarios de la ley argumentan que es necesaria para estimular el crecimiento económico y crear empleos, mientras que los opositores advierten que aumentará significativamente el déficit y la deuda nacional, poniendo en riesgo la estabilidad financiera del país.Principales disposiciones de la BBBRecortes fiscales: La ley reduce la tasa impositiva para las corporaciones del 21% al 15%, y también disminuye los impuestos para los individuos de altos ingresos. Estos recortes se estima que reducirán los ingresos del gobierno en aproximadamente $2 billones de dólares en los próximos 10 años.Aumento del gasto: La BBB autoriza un incremento en el gasto en defensa de $500 mil millones y en infraestructura de $1 billón, con el objetivo de modernizar las fuerzas armadas y mejorar las carreteras, puentes y otras infraestructuras del país.Sin medidas compensatorias: A diferencia de otras leyes fiscales, la BBB no incluye medidas para compensar la pérdida de ingresos o el aumento del gasto, lo que significa que el déficit presupuestario se financiará principalmente mediante la emisión de deuda.Críticas y preocupacionesLos críticos de la ley, incluyendo economistas y legisladores de la oposición, han expresado su preocupación por el impacto que tendrá en las finanzas públicas. Según estimaciones, la BBB podría aumentar el déficit en $3 billones de dólares en la próxima década, elevando la deuda nacional a niveles sin precedentes."El país ya tiene una deuda de más de $30 billones de dólares, y esta ley solo empeorará la situación", dijo un senador de la oposición. "Estamos hipotecando el futuro de las próximas generaciones por beneficios a corto plazo".Defensa de la leyPor otro lado, los defensores de la BBB sostienen que los recortes fiscales impulsarán la inversión y el consumo, lo que a su vez generará un crecimiento económico más rápido y, en última instancia, mayores ingresos fiscales. "Esta ley es una inversión en el futuro de Estados Unidos", afirmó un congresista republicano. "Al reducir la carga fiscal sobre las empresas y los individuos, estamos liberando el potencial de la economía para crecer y prosperar".Sin embargo, muchos economistas dudan de que el crecimiento económico sea suficiente para compensar la pérdida de ingresos. "Históricamente, los recortes fiscales no se han pagado por sí mismos", dijo un experto en política fiscal. "Es probable que veamos un aumento en el déficit y la deuda, lo que podría llevar a mayores costos de endeudamiento y menor flexibilidad fiscal en el futuro".Implicaciones sociales y a largo plazoAdemás del impacto en el déficit, la BBB también tiene implicaciones para diversos sectores de la sociedad. Por ejemplo, los recortes en programas sociales, que fueron necesarios para aprobar la ley en el Senado, podrían afectar a millones de estadounidenses que dependen de asistencia gubernamental. Asimismo, el aumento en el gasto en defensa ha sido criticado por algunos como innecesario en un momento en que el país enfrenta otros desafíos urgentes, como el cambio climático y la inequidad económica.En cuanto al impacto a largo plazo, hay preocupaciones de que la creciente deuda nacional pueda limitar la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas o emergencias. "Si no abordamos el problema de la deuda ahora, podríamos encontrarnos en una situación en la que no tengamos las herramientas necesarias para estabilizar la economía en tiempos de recesión", advirtió un analista.Postura de la administraciónA pesar de las críticas, la administración actual ha defendido la ley como un paso audaz hacia una economía más fuerte y resiliente. "La BBB es una declaración de que Estados Unidos está abierto para los negocios y listo para liderar el mundo en el siglo XXI", dijo el presidente en un discurso reciente.Con la ley ya en vigor, los ojos del mundo están puestos en cómo se desarrollará la economía estadounidense en los próximos años. Solo el tiempo dirá si la BBB cumplirá las promesas de sus defensores o si, como temen sus críticos, llevará al país por un camino de inestabilidad financiera.