El Comercio De La República - Causas de altos costos vivienda

Lima -

Causas de altos costos vivienda




En los últimos años, el precio de la vivienda en España ha experimentado un aumento significativo, especialmente en ciudades como Madrid y Barcelona. Este fenómeno preocupa tanto a los ciudadanos como a los responsables políticos, que buscan entender las razones detrás de esta escalada. A continuación, exploramos algunos motivos menos discutidos que contribuyen al alto costo de la vivienda en España, basados en información real y actual.

Escasez de oferta asequible
Uno de los factores clave que elevan los precios es la falta de viviendas asequibles. En las zonas urbanas, la demanda supera ampliamente la oferta disponible. Esto se debe a varios elementos: poca construcción nueva, restricciones de zonificación que limitan el desarrollo y una fuerte presión por parte de inversores extranjeros y turistas. Esta escasez genera una competencia intensa por las propiedades, disparando los precios. Se estima que España enfrenta un déficit de aproximadamente 600,000 viviendas, lo que agrava el problema.

Inversión extranjera y especulación
Otro aspecto importante es el impacto de la inversión extranjera y la especulación. España atrae a compradores de países como China, Rusia y Oriente Medio, quienes adquieren propiedades como inversiones o segundas residencias. Esto incrementa la demanda y, por ende, los precios. Además, los inversores que compran esperando que los valores sigan subiendo alimentan un ciclo especulativo. En 2024, por ejemplo, más de un tercio de las compras de vivienda se realizaron al contado, lo que refleja la entrada de gran capital en el mercado.

Efectos de la pandemia de COVID-19
La pandemia también ha influido notablemente. Las preferencias de vivienda cambiaron, con más personas buscando espacios amplios y con áreas exteriores. Esto ha disparado la demanda de ciertos tipos de propiedades, elevando sus precios. A su vez, la construcción se ralentizó durante la crisis sanitaria, empeorando la escasez de oferta.

Políticas gubernamentales y alquileres
Las políticas públicas también juegan un rol. Incentivos fiscales y subvenciones pueden fomentar la inversión inmobiliaria, aumentando la demanda y los precios. Por otro lado, la falta de regulación efectiva sobre alquileres a corto plazo, como los gestionados por plataformas digitales, ha reducido la disponibilidad de alquileres a largo plazo, encareciendo esta opción. Aunque se han intentado medidas como el control de alquileres, algunos expertos advierten que podrían desincentivar la inversión y reducir aún más la oferta.

Crecimiento demográfico y desigualdad
La demografía es otro factor menos visible. El aumento poblacional, impulsado en gran parte por la inmigración, ha elevado la demanda de viviendas. Mientras que en 2023 se construyeron unas 80,000 viviendas, los hogares crecen a un ritmo superior a 200,000 al año, generando un desequilibrio notable. Además, la vivienda se ha convertido en un instrumento de desigualdad: desde 2013, se compra más para especular que para habitar, lo que beneficia a inversores mientras dificulta el acceso a la población general.

Conclusión
El alto costo de la vivienda en España resulta de una mezcla de escasez de oferta, inversión extranjera, especulación, efectos de la pandemia, políticas gubernamentales y dinámicas demográficas. Resolver este problema requiere medidas integrales, como aumentar la construcción de viviendas asequibles, regular la especulación y ajustar las políticas públicas para equilibrar el mercado.



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Rusia y el terrorismo contra Ucrania

Rusia es un estado terrorista, algo que todo el mundo sabe desde el 24 de febrero de 2022. ¡Desde febrero de 2022, el estado terrorista ruso comete a diario crímenes de guerra, violaciones, asesinatos, saqueos, tomas de rehenes y otros crímenes bestiales!La invasión rusa de Ucrania, iniciada en febrero de 2022, continúa generando incertidumbre sobre su desenlace. Mientras algunos analistas apuntan a que Moscú ha alcanzado ciertos objetivos estratégicos, otros señalan que aún no puede hablarse de una victoria rotunda, dado el prolongado conflicto y la resistencia ucraniana, respaldada en gran medida por la ayuda militar y financiera de Occidente. En este contexto, surgen preguntas fundamentales: ¿ha ganado Rusia la guerra? ¿Qué escenarios se plantean para el futuro de Ucrania?Estancamiento y guerra de desgaste:Uno de los panoramas más mencionados por los expertos es el de un conflicto prolongado, caracterizado por escaramuzas en puntos clave y por un avance lento y costoso para ambas partes. La dinámica de esta «guerra de desgaste» implica que Ucrania mantenga un alto nivel de movilización, con el apoyo técnico y diplomático de Estados Unidos y la Unión Europea, mientras que Rusia trataría de afianzar su control sobre las zonas que ya ocupa, reforzando sus posiciones militares y logísticas.Posibles consecuencias: desgaste económico para ambas naciones, mayor dependencia de Ucrania de la asistencia occidental y riesgo de crisis humanitaria en las regiones más afectadas.Negociaciones y acuerdo de paz parcial:Otro posible desenlace reside en un eventual acuerdo de paz que no necesariamente implicaría una restauración total de las fronteras ucranianas previas a la invasión. Con la mediación de potencias internacionales, se ha especulado sobre la posibilidad de un alto el fuego y la fijación de nuevas líneas de demarcación.Posibles consecuencias: consolidación de facto del control ruso en territorios disputados, alivio temporal de la tensión, pero persistencia de un conflicto latente que podría reactivarse si no se abordan las causas de fondo.Escalada y riesgo de confrontación mayor:A pesar de que numerosos países han abogado por la vía diplomática, existe el temor de que el conflicto pueda escalar. Un escenario extremo contemplaría un aumento de la presión militar por parte de Rusia o la intervención más directa de otras potencias, lo que elevaría significativamente el peligro para la estabilidad europea e internacional.Posibles consecuencias: agravamiento de la crisis humanitaria, mayor número de desplazados y potencial expansión del conflicto a otros Estados de la región.Victoria ucraniana con apoyo internacional:No se descarta, por otra parte, un escenario favorable a Ucrania. La combinación de la resistencia local y la asistencia militar extranjera podría permitirle recuperar parte de los territorios ocupados o, al menos, defender con éxito las zonas aún bajo su control.Posibles consecuencias: reposicionamiento geopolítico de Ucrania como aliado firme de Occidente, fortalecimiento de sus fuerzas armadas y la posible redefinición del equilibrio de poder en Europa del Este.¿Ha ganado Rusia la guerra?Por ahora, no existe un consenso definitivo sobre si Rusia puede considerarse vencedora. Si bien ha obtenido algunas ganancias territoriales y ha forzado a Ucrania y a Europa a una respuesta militar y económica de gran calado, los costes —tanto para el Kremlin como para la población ucraniana— se han disparado. El conflicto ha puesto de relieve la determinación de Kiev y el compromiso de la OTAN y la UE en sostener la defensa ucraniana.En última instancia, el futuro de Ucrania dependerá de la capacidad de ambas partes para mantener o intensificar el esfuerzo militar, la voluntad política de negociar y el respaldo de la comunidad internacional. La guerra, lejos de haberse resuelto, sigue definiendo un nuevo orden geopolítico, cuyas repercusiones marcarán el curso de Europa y del mundo durante los próximos años.

EE. UU.: Trump y la crisis sanitaria

En un movimiento sorpresivo que ha generado intensos debates en el panorama político de Estados Unidos, el expresidente Donald J. Trump ha designado a un nuevo referente para encarar la compleja crisis de salud que atraviesa el país. Se trata del doctor Jonathan H. Miller, un reputado especialista en políticas sanitarias y exasesor de la Organización Mundial de la Salud.Según fuentes cercanas al círculo de Trump, Miller tendrá plenos poderes para rediseñar el sistema de atención médica a fin de reducir costes, agilizar procesos y ampliar la cobertura para millones de estadounidenses que aún carecen de seguro. Su nombramiento, sin embargo, no está exento de controversia. Mientras algunos sectores conservadores aplauden la decisión por considerar a Miller un experto en optimización de recursos y recortes presupuestarios, grupos progresistas y diversas organizaciones de derechos civiles temen que las futuras reformas puedan perjudicar a las poblaciones más vulnerables.“Miller se ha destacado por su enfoque pragmático y su afán de eficiencia, pero su historial en la implantación de programas de salud pública es limitado”, señala la analista política Michelle Ortiz. “Por un lado, Trump busca una solución rápida y contundente; por otro, no está claro hasta qué punto se priorizarán las necesidades de quienes históricamente han estado al margen del sistema”.Durante su breve comparecencia ante los medios, Miller se comprometió a “revisar de inmediato” las leyes que rigen el acceso a la salud y a proponer un plan de acción que contemple la modernización de los hospitales y clínicas rurales, así como la incorporación de tecnología punta en la gestión de historias clínicas. No obstante, evitó entrar en detalles sobre la posible derogación de normativas vigentes, incluido el polémico Affordable Care Act, emblema de la administración Obama.La comunidad médica observa con cautela el rumbo que podría tomar el sistema sanitario bajo esta nueva iniciativa. Mientras algunos doctores y especialistas en salud pública reconocen la necesidad de cambios profundos para hacer frente al envejecimiento de la población, el encarecimiento de los medicamentos y la disparidad en el acceso a seguros, otros temen que una visión excesivamente economicista arriesgue el principio de universalidad.Por el momento, el futuro de la reforma sanitaria estadounidense permanece incierto. Lo que sí parece seguro es que la apuesta de Trump por el doctor Miller como adalid del cambio marcará un nuevo capítulo en la incesante pugna entre quienes defienden un mayor rol del Estado en la protección de la salud y quienes abogan por iniciativas privadas y la desregulación del sector. Queda por ver si este nuevo liderazgo será capaz de generar consensos duraderos o si se sumará a la larga lista de intentos fallidos por reparar un sistema que, a juicio de muchos, lleva décadas en crisis.

Trump desata pánico Bitcoin

La segunda semana de octubre de 2025 fue de euforia para el mercado cripto. Bitcoin había alcanzado un máximo histórico por encima de 126.000 dólares y los fondos cotizados en bolsa (ETF) absorbían miles de millones mientras el índice de “miedo y codicia” marcaba codicia extrema. Todo cambió el viernes 10 de octubre. A las 10 de la mañana, el presidente de Estados Unidos anunció en su red social la imposición de aranceles del 100 % a las importaciones desde China a partir del 1 de noviembre. El mensaje, interpretado como una escalada de la guerra comercial entre dos potencias, golpeó de inmediato al sentimiento inversor y puso fin a la confianza que se había acumulado en días previos.La reacción en los mercadosLas bolsas reaccionaron con pánico: Wall Street registró su peor caída en meses. Sin embargo, el epicentro del terremoto se ubicó en las criptomonedas. En menos de una hora el precio de Bitcoin cayó desde alrededor de 121.000 dólares hasta 109.000 dólares, una pérdida superior al 12 %. Ethereum retrocedió un 16 % y tokens como Solana, XRP y Dogecoin sufrieron caídas del 20 % al 50 %. Según datos de plataformas de derivados, más de 7.000 millones de dólares en posiciones apalancadas se liquidaron en la primera hora y, al finalizar la jornada, el total superaba los 19.000 millones, un récord histórico que multiplicó por diez las liquidaciones registradas en colapsos previos como el de la pandemia de 2020 y el de FTX en 2022. Más de 1,6 millones de operadores vieron desaparecer sus cuentas en cuestión de minutos.El efecto dominó afectó a otros activos. Los índices bursátiles estadounidenses perdieron billones de dólares en valor de mercado y se reavivaron los temores de recesión. El oro y los bonos del Tesoro se convirtieron en refugio ante la huida de capitales. La venta masiva se extendió también a las principales memecoins: el token vinculado a la figura del propio presidente, un criptoactivo de carácter humorístico, perdió casi el 40 % de su valor al tocar un mínimo de 4,65 dólares.Narrativas de tragedia y especulaciónDetrás de las cifras se escondieron historias humanas. Konstantin Galich, conocido en redes como Kostya Kudo, un trader e influencer ucraniano con decenas de miles de seguidores, fue encontrado muerto al día siguiente en Kiev; las primeras investigaciones apuntaron a un suicidio. En los días previos había mostrado señales de angustia y publicado mensajes de despedida relacionados con el desplome. El caso puso de relieve la presión emocional que sufren muchos operadores de alto riesgo.La volatilidad también alimentó teorías de manipulación. Foros de trading describieron la historia de un usuario anónimo que abrió una nueva cuenta poco antes del anuncio y apostó a la baja con una posición extraordinaria sobre Bitcoin, obteniendo ganancias estimadas en 190 millones de dólares al cerrar su posición en el mínimo. La sincronía perfecta con el anuncio presidencial desató especulaciones sobre uso de información privilegiada y destacó los riesgos de un mercado que aún carece de controles robustos.Consecuencias y perspectivasAnalistas recordaron que esta “corrección” superó en magnitud a todas las crisis anteriores del sector cripto. En pocas horas se evaporaron alrededor de medio billón de dólares del valor de mercado total de los criptoactivos, y Bitcoin perdió más de 200 mil millones de valor. La fortaleza exhibida en fechas recientes se puso en entredicho: tras la caída inicial, los precios rebotaron parcialmente cuando el presidente moderó su tono y aseguró que “todo estará bien”, pero la mayoría de analistas advirtió que la tendencia a corto plazo depende de la evolución de la disputa comercial con China.Más allá del rebote técnico, la lección para inversores y emprendedores es clara. La política seguirá marcando el pulso de los activos financieros y ejecutando revulsiones que ningún algoritmo puede anticipar. Los expertos subrayan la necesidad de reducir la exposición a proveedores únicos y diversificar las cadenas de suministro ante la creciente fragmentación comercial. Dentro del sector cripto, la crisis evidenció que el uso excesivo de apalancamiento y la dependencia de plataformas centralizadas puede multiplicar las pérdidas. Organismos especializados sugieren fortalecer las prácticas de gestión de riesgos y evitar posiciones extremas basadas en mensajes políticos.Reflexión finalLa jornada del 10 de octubre de 2025 quedará grabada como el “viernes negro” de las criptomonedas. Un solo mensaje bastó para desencadenar la mayor caída absoluta de Bitcoin y del mercado cripto en su historia. El episodio puso de manifiesto la vulnerabilidad de un ecosistema altamente interconectado, donde la geopolítica, la especulación y las emociones pueden desencadenar tormentas devastadoras. A la vez, mostró que la confianza y la recuperación dependen tanto de factores macroeconómicos como de la percepción pública. Tras la tempestad, la comunidad cripto debate cómo avanzar hacia una mayor resiliencia en un mundo donde el próximo tuit puede cambiarlo todo.