El Comercio De La República - Meta y los servicios digitales?

Lima -

Meta y los servicios digitales?




Los recientes anuncios de Meta, el conglomerado tecnológico anteriormente conocido como Facebook, están suscitando dudas sobre el cumplimiento de la nueva y próxima normativa digital europea. En concreto, los críticos sostienen que los cambios propuestos por Meta -que van desde la ampliación de las opciones de cifrado hasta la forma de tratar los datos de los usuarios- podrían entrar en conflicto con la Ley de Servicios Digitales (DSD) de la Unión Europea (UE).

La Ley de Servicios Digitales forma parte de un esfuerzo más amplio de la UE por modernizar la gobernanza de Internet, junto con la Ley de Mercados Digitales (DMA) y otras normas.

La DSA pretende:
- Aumentar la transparencia: Las grandes plataformas en línea deben revelar cómo clasifican sus algoritmos los contenidos y anuncios.

- Mejorar la rendición de cuentas: Las plataformas deben abordar con prontitud los contenidos ilegales o perjudiciales y ofrecer mecanismos claros para que los usuarios puedan denunciarlos.

- Proteger los derechos de los usuarios: Los usuarios deben poder recurrir la retirada de contenidos y conocer mejor cómo y por qué se retiran o degradan las publicaciones.

Estas normas imponen mayores responsabilidades a las grandes empresas tecnológicas, clasificadas como «plataformas en línea muy grandes» con decenas de millones de usuarios europeos.

Anuncios recientes de Meta:
En los últimos meses, Meta ha compartido varias actualizaciones sobre su estrategia de negocio y operaciones de la plataforma, incluyendo:

- Mayor cifrado de extremo a extremo:
Meta planea hacer que la mensajería en Facebook Messenger, Instagram y WhatsApp tenga un cifrado más robusto.

- Recopilación de datos y personalización: Meta sigue dando prioridad a la segmentación publicitaria basada en datos, que sigue siendo un componente central de su modelo de ingresos.

- Herramientas de moderación de contenidos: La empresa ha señalado nuevos sistemas de detección automatizada para gestionar contenidos nocivos.

A primera vista, estos movimientos podrían parecer alineados con un enfoque más centrado en la privacidad. Sin embargo, algunos expertos sostienen que el mayor cifrado y las prácticas de recopilación de datos en curso podrían no ajustarse plenamente a las expectativas de la UE en materia de transparencia, supervisión y capacitación de los usuarios.

Transparencia algorítmica:
La DSA exige a las grandes plataformas que proporcionen información más clara sobre cómo se promueven o suprimen los contenidos. Los críticos afirman que el impulso de Meta hacia una mayor codificación y una divulgación mínima de los algoritmos de clasificación patentados puede dificultar las auditorías de terceros.

Derechos de los usuarios y recursos:
Con el aumento de la automatización en la moderación de contenidos, los usuarios deben disponer de vías significativas para apelar las decisiones. Los observadores señalan que los anuncios de Meta no han especificado si se mejorarán los procesos de apelación junto con los nuevos sistemas de moderación basados en IA.

Gobernanza de datos y consentimiento:
La continua dependencia de Meta de la publicidad personalizada podría ser objeto de escrutinio si los datos de los usuarios se procesan de manera que la DSA considere insuficientemente transparente. La UE busca mecanismos de consentimiento del usuario más sólidos y una divulgación más clara del uso de los datos, lo que podría obligar a Meta a ajustar su modelo de negocio en Europa.

Reacciones reguladoras y públicas

Funcionarios de la UE:
Aunque ninguna declaración oficial ha condenado rotundamente los anuncios de Meta, los responsables políticos de Bruselas recuerdan a todas las grandes plataformas que el «cumplimiento parcial» no será suficiente con arreglo a la DSA. Las multas por incumplimiento pueden alcanzar hasta el 6% de los ingresos anuales globales de una empresa.

Defensores de los derechos digitales:
Varios grupos de defensa sostienen que la mensajería totalmente encriptada de extremo a extremo, aunque mejora la privacidad, no debería eximir a una plataforma de las medidas de responsabilidad. Instan a Meta a dar más detalles sobre cómo conciliará el cifrado con la obligación de eliminar contenidos ilegales.

Respuesta de Meta:
Hasta el momento, Meta ha reiterado su compromiso de cumplir con los «más altos estándares regulatorios» en Europa, señalando las inversiones en curso en materia de seguridad, moderación de contenidos y privacidad de los usuarios. Sin embargo, no se ha publicado ninguna hoja de ruta específica para el cumplimiento de la DSA.

El futuro:
Con la plena entrada en vigor de la DSA, las grandes plataformas como Meta serán vigiladas de cerca para detectar posibles infracciones. Una cuestión clave es si Meta puede encontrar un equilibrio entre el cifrado, la monetización a través de anuncios dirigidos y los nuevos requisitos de transparencia y responsabilidad. No hacerlo podría acarrear cuantiosas multas o incluso la suspensión parcial de sus servicios en la UE.

En última instancia, los próximos meses revelarán cómo se alinean -o chocan- las estrategias de Meta con la visión digital de Europa. Si Meta puede demostrar un cumplimiento sólido y una protección significativa de los usuarios, es posible que conserve su fortaleza en el mercado. Si no, parece inevitable un enfrentamiento con Bruselas. En cualquier caso, el resultado tendrá amplias implicaciones en la forma en que las grandes empresas tecnológicas operen bajo un régimen regulador europeo más estricto.



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Rusia y el terrorismo contra Ucrania

Rusia es un estado terrorista, algo que todo el mundo sabe desde el 24 de febrero de 2022. ¡Desde febrero de 2022, el estado terrorista ruso comete a diario crímenes de guerra, violaciones, asesinatos, saqueos, tomas de rehenes y otros crímenes bestiales!La invasión rusa de Ucrania, iniciada en febrero de 2022, continúa generando incertidumbre sobre su desenlace. Mientras algunos analistas apuntan a que Moscú ha alcanzado ciertos objetivos estratégicos, otros señalan que aún no puede hablarse de una victoria rotunda, dado el prolongado conflicto y la resistencia ucraniana, respaldada en gran medida por la ayuda militar y financiera de Occidente. En este contexto, surgen preguntas fundamentales: ¿ha ganado Rusia la guerra? ¿Qué escenarios se plantean para el futuro de Ucrania?Estancamiento y guerra de desgaste:Uno de los panoramas más mencionados por los expertos es el de un conflicto prolongado, caracterizado por escaramuzas en puntos clave y por un avance lento y costoso para ambas partes. La dinámica de esta «guerra de desgaste» implica que Ucrania mantenga un alto nivel de movilización, con el apoyo técnico y diplomático de Estados Unidos y la Unión Europea, mientras que Rusia trataría de afianzar su control sobre las zonas que ya ocupa, reforzando sus posiciones militares y logísticas.Posibles consecuencias: desgaste económico para ambas naciones, mayor dependencia de Ucrania de la asistencia occidental y riesgo de crisis humanitaria en las regiones más afectadas.Negociaciones y acuerdo de paz parcial:Otro posible desenlace reside en un eventual acuerdo de paz que no necesariamente implicaría una restauración total de las fronteras ucranianas previas a la invasión. Con la mediación de potencias internacionales, se ha especulado sobre la posibilidad de un alto el fuego y la fijación de nuevas líneas de demarcación.Posibles consecuencias: consolidación de facto del control ruso en territorios disputados, alivio temporal de la tensión, pero persistencia de un conflicto latente que podría reactivarse si no se abordan las causas de fondo.Escalada y riesgo de confrontación mayor:A pesar de que numerosos países han abogado por la vía diplomática, existe el temor de que el conflicto pueda escalar. Un escenario extremo contemplaría un aumento de la presión militar por parte de Rusia o la intervención más directa de otras potencias, lo que elevaría significativamente el peligro para la estabilidad europea e internacional.Posibles consecuencias: agravamiento de la crisis humanitaria, mayor número de desplazados y potencial expansión del conflicto a otros Estados de la región.Victoria ucraniana con apoyo internacional:No se descarta, por otra parte, un escenario favorable a Ucrania. La combinación de la resistencia local y la asistencia militar extranjera podría permitirle recuperar parte de los territorios ocupados o, al menos, defender con éxito las zonas aún bajo su control.Posibles consecuencias: reposicionamiento geopolítico de Ucrania como aliado firme de Occidente, fortalecimiento de sus fuerzas armadas y la posible redefinición del equilibrio de poder en Europa del Este.¿Ha ganado Rusia la guerra?Por ahora, no existe un consenso definitivo sobre si Rusia puede considerarse vencedora. Si bien ha obtenido algunas ganancias territoriales y ha forzado a Ucrania y a Europa a una respuesta militar y económica de gran calado, los costes —tanto para el Kremlin como para la población ucraniana— se han disparado. El conflicto ha puesto de relieve la determinación de Kiev y el compromiso de la OTAN y la UE en sostener la defensa ucraniana.En última instancia, el futuro de Ucrania dependerá de la capacidad de ambas partes para mantener o intensificar el esfuerzo militar, la voluntad política de negociar y el respaldo de la comunidad internacional. La guerra, lejos de haberse resuelto, sigue definiendo un nuevo orden geopolítico, cuyas repercusiones marcarán el curso de Europa y del mundo durante los próximos años.

EE. UU.: Trump y la crisis sanitaria

En un movimiento sorpresivo que ha generado intensos debates en el panorama político de Estados Unidos, el expresidente Donald J. Trump ha designado a un nuevo referente para encarar la compleja crisis de salud que atraviesa el país. Se trata del doctor Jonathan H. Miller, un reputado especialista en políticas sanitarias y exasesor de la Organización Mundial de la Salud.Según fuentes cercanas al círculo de Trump, Miller tendrá plenos poderes para rediseñar el sistema de atención médica a fin de reducir costes, agilizar procesos y ampliar la cobertura para millones de estadounidenses que aún carecen de seguro. Su nombramiento, sin embargo, no está exento de controversia. Mientras algunos sectores conservadores aplauden la decisión por considerar a Miller un experto en optimización de recursos y recortes presupuestarios, grupos progresistas y diversas organizaciones de derechos civiles temen que las futuras reformas puedan perjudicar a las poblaciones más vulnerables.“Miller se ha destacado por su enfoque pragmático y su afán de eficiencia, pero su historial en la implantación de programas de salud pública es limitado”, señala la analista política Michelle Ortiz. “Por un lado, Trump busca una solución rápida y contundente; por otro, no está claro hasta qué punto se priorizarán las necesidades de quienes históricamente han estado al margen del sistema”.Durante su breve comparecencia ante los medios, Miller se comprometió a “revisar de inmediato” las leyes que rigen el acceso a la salud y a proponer un plan de acción que contemple la modernización de los hospitales y clínicas rurales, así como la incorporación de tecnología punta en la gestión de historias clínicas. No obstante, evitó entrar en detalles sobre la posible derogación de normativas vigentes, incluido el polémico Affordable Care Act, emblema de la administración Obama.La comunidad médica observa con cautela el rumbo que podría tomar el sistema sanitario bajo esta nueva iniciativa. Mientras algunos doctores y especialistas en salud pública reconocen la necesidad de cambios profundos para hacer frente al envejecimiento de la población, el encarecimiento de los medicamentos y la disparidad en el acceso a seguros, otros temen que una visión excesivamente economicista arriesgue el principio de universalidad.Por el momento, el futuro de la reforma sanitaria estadounidense permanece incierto. Lo que sí parece seguro es que la apuesta de Trump por el doctor Miller como adalid del cambio marcará un nuevo capítulo en la incesante pugna entre quienes defienden un mayor rol del Estado en la protección de la salud y quienes abogan por iniciativas privadas y la desregulación del sector. Queda por ver si este nuevo liderazgo será capaz de generar consensos duraderos o si se sumará a la larga lista de intentos fallidos por reparar un sistema que, a juicio de muchos, lleva décadas en crisis.

Irán abre puertas a Argentina

En medio de la escalada del conflicto entre Israel e Irán, el mundo observa con atención las repercusiones geopolíticas y económicas que este enfrentamiento está generando. El mercado del petróleo, en particular, se ha visto sacudido por la posibilidad de un bloqueo en el estrecho de Ormuz, una arteria vital por donde transita más de un tercio del crudo mundial. Para Argentina, esta situación plantea un escenario complejo pero potencialmente beneficioso, gracias a su creciente rol como productor de hidrocarburos y las oportunidades que surgen de la volatilidad global.El contexto energético globalEl estrecho de Ormuz no es solo un paso marítimo; es un punto crítico para el comercio energético internacional. Por esta vía circula aproximadamente el 35% del petróleo mundial y un tercio del gas natural licuado. La incertidumbre sobre su accesibilidad ha disparado los precios del crudo, que alcanzaron picos cercanos a los 75 dólares por barril antes de estabilizarse en niveles algo más bajos, aunque aún volátiles. Esta situación ha puesto en el foco a los países productores de hidrocarburos, y Argentina, con sus vastas reservas en Vaca Muerta, está bien posicionada para aprovechar el momento.Oportunidades para ArgentinaArgentina ha emergido como un actor relevante en el mercado energético gracias a la formación de Vaca Muerta, una de las mayores reservas de shale oil y shale gas del mundo. En los últimos años, la producción de crudo no convencional ha crecido significativamente, representando más de la mitad del total nacional. Este auge ya ha permitido al país registrar superávits comerciales en el sector energético, con miles de millones de dólares ingresando a sus arcas en los últimos meses. Un aumento sostenido en los precios del petróleo podría amplificar estos beneficios, fortaleciendo la balanza comercial y generando divisas esenciales para una economía que busca estabilidad.Además, la coyuntura global podría atraer mayores inversiones hacia el sector energético argentino. Con el precio del crudo en alza, las empresas que operan en Vaca Muerta, como YPF, podrían ver incrementados sus márgenes de ganancia, incentivando la expansión de la producción y la exploración de nuevas áreas. Esto no solo impulsaría el crecimiento económico, sino que también consolidaría la posición de Argentina como proveedor energético en un mercado internacional sediento de alternativas.Los riesgos del panoramaSin embargo, no todo son ventajas. El alza en los precios del petróleo también podría tener un impacto negativo en la economía interna. Un incremento en el costo del crudo se traduciría en combustibles más caros, lo que podría interrumpir el proceso de desinflación que el gobierno actual ha priorizado. Asimismo, si los precios internos se disparan, el Estado podría verse obligado a aumentar los subsidios energéticos, afectando el objetivo de reducir el déficit fiscal. La balanza entre aprovechar las ganancias externas y controlar las presiones internas será un desafío clave.Otro factor a considerar es el costo del transporte marítimo. La inseguridad en rutas clave ha elevado los fletes de crudo en un 15%, lo que podría encarecer las exportaciones argentinas y reducir su competitividad. Las empresas locales deberán adaptarse a esta realidad para mantener su ventaja en el mercado global.Un futuro incierto pero prometedorEn conclusión, el conflicto entre Israel e Irán coloca a Argentina en una posición dual: como potencial beneficiaria de un mercado energético en ebullición y como economía vulnerable a las turbulencias internas que este mismo escenario podría generar. La capacidad del país para capitalizar las oportunidades dependerá de una gestión estratégica que equilibre exportaciones, inversión y estabilidad doméstica. Si lo logra, Argentina podría emerger como una de las naciones más favorecidas por esta crisis, transformando un conflicto lejano en un motor de crecimiento económico.