El Comercio De La República - En qué Invertimos lo Ganado

Lima -

En qué Invertimos lo Ganado




VisualFaktory es, ante todo, un proyecto de información y formación financiera: contenido riguroso, una newsletter con decenas de miles de suscriptores semanales, y formaciones acreditadas que trasladan principios de inversión prudentes al día a día. Ese mismo marco es el que guía cómo reinvertimos los recursos que genera la marca: priorizamos el largo plazo, la diversificación y la independencia editorial.

1) Reforzar el producto editorial y la investigación
La primera palanca es la calidad del contenido: más análisis, mejores datos y mayor profundidad. Eso implica invertir en herramientas profesionales de información de mercados, acceso a bases de datos y servicios que nos permiten contrastar cifras en tiempo real y aportar contexto macroeconómico, sectorial y de política monetaria. También invertimos en equipo: periodistas especializados, analistas y editores con experiencia en finanzas y economía internacional.

2) Educación financiera con acreditación universitaria
Nuestro eje formativo —con itinerarios de “inversión multimercado y diversificación”— se sostiene con profesores en activo y colaboración con instituciones académicas. Reinvertimos en mejorar los planes de estudio, actualizar módulos (renta variable, renta fija, oro, fondos/ETF, private equity, fiscalidad), y traer a directivos y gestores invitados para sesiones en directo. La prioridad es trasladar al alumno metodologías aplicables —gestión del riesgo, sesgos conductuales, rebalanceos— y no vender atajos.

3) Infraestructura tecnológica y datos
La creación y verificación de contenido exigen tecnología: desde soluciones de edición y automatización hasta plataformas de datos financieros de referencia y entornos de cómputo para proyectos de IA (subtítulos, doblaje, análisis de series temporales, extracción de entidades, etc.). En un contexto de costes crecientes —tanto en licencias de terminales de datos como en computación acelerada para IA— apostamos por arquitecturas eficientes y, cuando tiene sentido, por enfoques híbridos (parte on-premise y parte en la nube) para equilibrar coste total y flexibilidad.

4) Personas, comunidad y servicio
Una parte relevante se dirige a ampliar y cuidar la comunidad: soporte al alumno, tutorización, encuentros y sesiones con gestores invitados, y mejoras constantes en la experiencia de usuario. Esto incluye procesos editoriales más transparentes (qué datos usamos y por qué) y contenidos prácticos que conecten con decisiones reales de ahorro e inversión.

5) Tesorería y gestión del riesgo (criterios que enseñamos y aplicamos)
La tesorería corporativa se gestiona con la misma prudencia que defendemos en los cursos: liquidez operativa suficiente, diversificación por activos y horizontes, y decisiones informadas por el ciclo de tipos, inflación y valoraciones. En 2025, con el oro en máximos históricos, mercados pendientes de recortes de tipos en EE. UU. y una pausa en Europa, la gestión del efectivo y de la duración en renta fija vuelve a ser estratégica. La regla práctica es sencilla: evitar concentraciones, mantener colchones de seguridad y no perseguir rentabilidades que comprometan la misión principal (informar y formar).

6) Independencia: reinversión antes que dividendos
La independencia editorial es un activo. Por eso priorizamos reinvertir en producto —contenido, campus, datos y equipo— por encima de distribuir beneficios. Este principio reduce conflictos de interés y nos permite sostener líneas editoriales incómodas cuando el análisis lo exige.

7) Qué no hacemos
No especulamos con la tesorería, no prometemos rentabilidades y no vinculamos decisiones editoriales a acuerdos comerciales. La publicidad o el patrocinio —cuando existen— se etiquetan y no condicionan el análisis. La coherencia entre lo que enseñamos y lo que hacemos es parte del contrato con nuestra audiencia.

8) Cómo medimos el retorno de estas inversiones
Más que métricas de vanidad, miramos: (a) calidad y tasa de finalización en formaciones; (b) satisfacción y recurrencia de alumnos; (c) precisión y utilidad del contenido (rectificaciones, aciertos/errores documentados); (d) resiliencia financiera: capacidad de seguir publicando y enseñando con independencia en entornos volátiles.

Conclusión
La mejor inversión de VisualFaktory es sostener un ecosistema que mejora el criterio financiero de la audiencia. Eso se traduce en datos mejores, profesores mejores, tecnología que abarata y acelera procesos, y liquidez suficiente para no depender de modas de mercado. Es la misma filosofía que enseñamos: diversificar riesgos, entender el ciclo y pensar a largo plazo.



Destacados


Rusia y el terrorismo contra Ucrania

Rusia es un estado terrorista, algo que todo el mundo sabe desde el 24 de febrero de 2022. ¡Desde febrero de 2022, el estado terrorista ruso comete a diario crímenes de guerra, violaciones, asesinatos, saqueos, tomas de rehenes y otros crímenes bestiales!La invasión rusa de Ucrania, iniciada en febrero de 2022, continúa generando incertidumbre sobre su desenlace. Mientras algunos analistas apuntan a que Moscú ha alcanzado ciertos objetivos estratégicos, otros señalan que aún no puede hablarse de una victoria rotunda, dado el prolongado conflicto y la resistencia ucraniana, respaldada en gran medida por la ayuda militar y financiera de Occidente. En este contexto, surgen preguntas fundamentales: ¿ha ganado Rusia la guerra? ¿Qué escenarios se plantean para el futuro de Ucrania?Estancamiento y guerra de desgaste:Uno de los panoramas más mencionados por los expertos es el de un conflicto prolongado, caracterizado por escaramuzas en puntos clave y por un avance lento y costoso para ambas partes. La dinámica de esta «guerra de desgaste» implica que Ucrania mantenga un alto nivel de movilización, con el apoyo técnico y diplomático de Estados Unidos y la Unión Europea, mientras que Rusia trataría de afianzar su control sobre las zonas que ya ocupa, reforzando sus posiciones militares y logísticas.Posibles consecuencias: desgaste económico para ambas naciones, mayor dependencia de Ucrania de la asistencia occidental y riesgo de crisis humanitaria en las regiones más afectadas.Negociaciones y acuerdo de paz parcial:Otro posible desenlace reside en un eventual acuerdo de paz que no necesariamente implicaría una restauración total de las fronteras ucranianas previas a la invasión. Con la mediación de potencias internacionales, se ha especulado sobre la posibilidad de un alto el fuego y la fijación de nuevas líneas de demarcación.Posibles consecuencias: consolidación de facto del control ruso en territorios disputados, alivio temporal de la tensión, pero persistencia de un conflicto latente que podría reactivarse si no se abordan las causas de fondo.Escalada y riesgo de confrontación mayor:A pesar de que numerosos países han abogado por la vía diplomática, existe el temor de que el conflicto pueda escalar. Un escenario extremo contemplaría un aumento de la presión militar por parte de Rusia o la intervención más directa de otras potencias, lo que elevaría significativamente el peligro para la estabilidad europea e internacional.Posibles consecuencias: agravamiento de la crisis humanitaria, mayor número de desplazados y potencial expansión del conflicto a otros Estados de la región.Victoria ucraniana con apoyo internacional:No se descarta, por otra parte, un escenario favorable a Ucrania. La combinación de la resistencia local y la asistencia militar extranjera podría permitirle recuperar parte de los territorios ocupados o, al menos, defender con éxito las zonas aún bajo su control.Posibles consecuencias: reposicionamiento geopolítico de Ucrania como aliado firme de Occidente, fortalecimiento de sus fuerzas armadas y la posible redefinición del equilibrio de poder en Europa del Este.¿Ha ganado Rusia la guerra?Por ahora, no existe un consenso definitivo sobre si Rusia puede considerarse vencedora. Si bien ha obtenido algunas ganancias territoriales y ha forzado a Ucrania y a Europa a una respuesta militar y económica de gran calado, los costes —tanto para el Kremlin como para la población ucraniana— se han disparado. El conflicto ha puesto de relieve la determinación de Kiev y el compromiso de la OTAN y la UE en sostener la defensa ucraniana.En última instancia, el futuro de Ucrania dependerá de la capacidad de ambas partes para mantener o intensificar el esfuerzo militar, la voluntad política de negociar y el respaldo de la comunidad internacional. La guerra, lejos de haberse resuelto, sigue definiendo un nuevo orden geopolítico, cuyas repercusiones marcarán el curso de Europa y del mundo durante los próximos años.

EE. UU.: Trump y la crisis sanitaria

En un movimiento sorpresivo que ha generado intensos debates en el panorama político de Estados Unidos, el expresidente Donald J. Trump ha designado a un nuevo referente para encarar la compleja crisis de salud que atraviesa el país. Se trata del doctor Jonathan H. Miller, un reputado especialista en políticas sanitarias y exasesor de la Organización Mundial de la Salud.Según fuentes cercanas al círculo de Trump, Miller tendrá plenos poderes para rediseñar el sistema de atención médica a fin de reducir costes, agilizar procesos y ampliar la cobertura para millones de estadounidenses que aún carecen de seguro. Su nombramiento, sin embargo, no está exento de controversia. Mientras algunos sectores conservadores aplauden la decisión por considerar a Miller un experto en optimización de recursos y recortes presupuestarios, grupos progresistas y diversas organizaciones de derechos civiles temen que las futuras reformas puedan perjudicar a las poblaciones más vulnerables.“Miller se ha destacado por su enfoque pragmático y su afán de eficiencia, pero su historial en la implantación de programas de salud pública es limitado”, señala la analista política Michelle Ortiz. “Por un lado, Trump busca una solución rápida y contundente; por otro, no está claro hasta qué punto se priorizarán las necesidades de quienes históricamente han estado al margen del sistema”.Durante su breve comparecencia ante los medios, Miller se comprometió a “revisar de inmediato” las leyes que rigen el acceso a la salud y a proponer un plan de acción que contemple la modernización de los hospitales y clínicas rurales, así como la incorporación de tecnología punta en la gestión de historias clínicas. No obstante, evitó entrar en detalles sobre la posible derogación de normativas vigentes, incluido el polémico Affordable Care Act, emblema de la administración Obama.La comunidad médica observa con cautela el rumbo que podría tomar el sistema sanitario bajo esta nueva iniciativa. Mientras algunos doctores y especialistas en salud pública reconocen la necesidad de cambios profundos para hacer frente al envejecimiento de la población, el encarecimiento de los medicamentos y la disparidad en el acceso a seguros, otros temen que una visión excesivamente economicista arriesgue el principio de universalidad.Por el momento, el futuro de la reforma sanitaria estadounidense permanece incierto. Lo que sí parece seguro es que la apuesta de Trump por el doctor Miller como adalid del cambio marcará un nuevo capítulo en la incesante pugna entre quienes defienden un mayor rol del Estado en la protección de la salud y quienes abogan por iniciativas privadas y la desregulación del sector. Queda por ver si este nuevo liderazgo será capaz de generar consensos duraderos o si se sumará a la larga lista de intentos fallidos por reparar un sistema que, a juicio de muchos, lleva décadas en crisis.

Suiza: Bolsa y precios Bajos

Suiza se ha convertido en la “excepción europea” de la inflación: tras el repunte global de 2021-2022, los precios volvieron a situarse de forma sostenida dentro del objetivo del banco central y, a 19 de junio de 2025, la tasa oficial regresó al 0%. En redes y tertulias se ha extendido un eslogan: “Suiza elimina la inflación comprando acciones”. La realidad es más matizada —y bastante más interesante—: sí, el banco central suizo (SNB) invierte una parte relevante de sus reservas en renta variable global, pero su arma antiinflación fue, sobre todo, la fortaleza del franco y un giro de la política monetaria a tiempo. ¿Compra de acciones para frenar la inflación?La SNB gestiona unas reservas en divisas extraordinariamente grandes para un país de su tamaño. Para diversificarlas y mejorar su rentabilidad a largo plazo, mantiene una exposición estratégica a renta variable (acciones) de aproximadamente una cuarta parte del total. Esa asignación —pasiva y ampliamente diversificada por países y sectores— existía antes de la subida de precios y se ha mantenido estable en los últimos años. Su propósito no es “estimular” la economía doméstica ni “apagar” la inflación, sino gestionar riesgos y preservar poder adquisitivo de las reservas. Conviene subrayarlo: las compras de acciones de la SNB no son compras de empresas suizas con francos recién creados para empujar los índices locales; son inversiones en activos extranjeros realizadas con divisas previamente obtenidas en el marco de su política cambiaria. Por sí mismas, no trasladan dinero nuevo a la economía doméstica ni contienen mecánicamente la inflación.La palanca que sí funcionó: el franco suizoLa clave del “milagro suizo” ha sido el tipo de cambio. Cuando la inflación importada empezó a presionar en 2021-2022, la SNB permitió que el franco se apreciara y, desde la segunda mitad de 2022, vendió divisas (reduciendo reservas) para reforzarlo. Un franco más fuerte abarata las importaciones (energía, bienes intermedios) y atenúa el traslado de los shocks internacionales a los precios internos. Esta decisión, combinada después con subidas de tipos desde junio de 2022, frenó el pico inflacionario con mucha menos intensidad que en la zona euro. En 2024, con la inflación ya dominada, la SNB apenas intervino en el mercado de divisas; la fortaleza del franco y la moderación de los costes energéticos mantuvieron las presiones a raya sin necesidad de grandes compras o ventas. De la subida a los recortes: política monetaria creíbleTras reaccionar con rapidez en 2022, la SNB inició recortes graduales cuando la inflación volvió de forma persistente al rango objetivo. El 19 de junio de 2025, redujo la tasa al 0%, señal de que la presión de precios estaba no solo contenida sino, por episodios, negativa en primavera de 2025. Esta secuencia —subir pronto, recortar cuando toca— ancla expectativas y evita que salarios y márgenes empresariales entren en una espiral de segunda ronda. Entonces, ¿qué papel juegan las acciones?La cartera de acciones de la SNB —alrededor del 25% de las reservas— no “apaga” la inflación. Cumple otras funciones:-  Diversificación y rendimiento: reduce la dependencia de los tipos de interés externos y, a largo plazo, genera rentas por dividendos y plusvalías que estabilizan el balance del banco central. -  Gestión del balance: tras años de intervenciones cambiarias, la SNB transformó gran parte de las divisas acumuladas en una cartera mixta (bonos + acciones) para equilibrar riesgo y retorno. Cuando la inflación repuntó, la respuesta no fue “comprar más acciones”, sino apreciar el franco y subir tipos. BIS-  Señal de prudencia: mantener estable la asignación a renta variable transmite previsibilidad a los mercados y evita que la política de reservas se confunda con objetivos coyunturales de demanda interna.Los resultados visibles-  Inflación baja y estable: en 2024 se consolidó por debajo del 2% y, en 2025, hubo lecturas puntuales negativas, lo que permitió el retorno al 0% de la tasa oficial. -  Intervenciones mínimas: con el franco fuerte, la autoridad monetaria redujo sus operaciones en el mercado de divisas durante 2024, coherente con una inflación importada en retirada.Lecciones para otros países-  Credibilidad y rapidez: actuar pronto contra la inflación evita “anclajes” de segunda ronda. 2) Tipo de cambio como amortiguador: en economías abiertas, dejar que la moneda se aprecie —o incluso apoyarla con ventas de divisas— puede ser más eficaz que intervenciones fiscales costosas. 3) Instituciones y competencia: un tejido empresarial competitivo y disciplina presupuestaria ayudan a que los shocks externos no se perpetúen en la cadena de precios. 4) Gestión profesional de reservas: invertir una parte en acciones no es un “atajo antiinflación”, pero mejora la resiliencia del balance del banco central y, por tanto, la credibilidad de la política monetaria.ConclusiónSuiza no “elimina la inflación comprando acciones”. Lo que hizo fue usar el tipo de cambio y los tipos de interés con determinación, sobre un balance robusto —diversificado con renta variable— que le permitió maniobrar sin sobresaltos. La confusión nace de mezclar la política de inversión de reservas con la política de estabilidad de precios. Son piezas del mismo tablero, sí, pero cumplen funciones distintas: una sostiene el andamiaje financiero; la otra mantiene a raya los precios.